Hay personas mayores que hablan solas. En muchos casos, se trata de una actividad normal, pero no siempre es así. Por ello, es importante prestar atención a los soliloquios con el propósito de detectar si hay algún problema real. En Teleasistencia Vital queremos contarte todo lo que debes saber al respecto.
Personas mayores que hablan solas: causas
Hablar solos es normal en la mayoría de los casos. De hecho, todos lo hacemos a diario. Lo que pasa es que, normalmente, estas charlas se quedan en el interior de nuestras cabezas. Aun así, no son pocas las personas que exteriorizan esas conversaciones en voz alta.
Esto es aplicable del mismo modo a las personas mayores. No podemos obviar, además, que hay una serie de cambios sociales en la vejez que pueden dar pie a que esto suceda con mayor asiduidad. Por ejemplo, la pérdida de la pareja y la sensación de soledad del anciano cuando eso sucede suele motivar esta actitud. En muchas ocasiones, este tipo de conversaciones imaginarias son parte del proceso de duelo.
En cualquier caso, hablar solos puede tener un carácter beneficioso para los ancianos en diferentes sentidos. Vamos a verlos:
- Ayuda a manejar el estrés. Un soliloquio es una herramienta muy útil a la hora de resolver conflictos y de afrontar problemas de ánimo. A través de él es posible analizar sus sentimientos de un modo más profundo.
- Potencia la memoria. Está demostrado que hablar con uno mismo ayuda a asentar los conocimientos y los recuerdos en la memoria a largo plazo. Además, mejora la creatividad.
- Sirve para conservar las capacidades cognitivas. También las afectivas. No olvidemos que se producen una serie de cambios psicológicos en la vejez que merecen un tratamiento especial.
Señales que deben ponernos en alerta
Según los psicólogos, hay una serie de aspectos que debes tener en cuenta si el soliloquio que realiza la persona mayor es preocupante o no. En lo primero que debes fijarte es si ya era una actitud habitual en el pasado o si ha empezado a hacerlo de forma repentina. También has de prestar atención a la frecuencia en la que conversa consigo mismo, al contenido de la conversación y al contexto en el que lo hace:
- Coherencia. Es posible que el anciano mantenga una conversación a partir de argumentos que no son lógicos. Buscar congruencia en su narrativa es fundamental para determinar si existe un problema o no.
- Pérdida de contacto con la realidad. Queda patente cuando el discurso del anciano hace referencia a episodios pasados o a ensoñaciones que nunca han ocurrido.
- Paso rápido de una idea a otra. Suele asociarse con un estado de agitación física. La persona mayor manifiesta ideas sin ser capaz de desarrollarlas ni establecer una relación entre ellas.
- Referencias a sí mismo. Aquí hacemos referencia a personas mayores que, durante sus soliloquios, hablan de sí mismos en tercera persona. Especialmente grave es cuando se utilizan adjetivos negativos para hacerse referencia.
- Alucinaciones auditivas. Es decir, escuchar voces que nadie más puede oír. No es extraño que provengan de personas con las que el anciano ha mantenido una relación estrecha en el pasado o que han marcado su vida (padres, profesores, etc.).
Estos síntomas, en una persona joven, podrían ser señales inequívocas de esquizofrenia o trastorno bipolar. Sin embargo, en los ancianos no sucede lo mismo. En este tipo de casos, lo normal es asociar estas conductas a la enfermedad de Alzheimer, que en sus primeros momentos suele estar ligada a alucinaciones y delirios.
¿Qué hacer en este tipo de casos?
Ya sabes qué señales son preocupantes cuando las personas mayores hablan solas. Ahora toca hablar de cómo debes actuar en caso de detectarlas:
- Crear entornos adecuados. El objetivo es ayudar al anciano a orientarse en el espacio y el tiempo. Por ejemplo, dejar los objetos que suelen necesitar a la vista y siempre en el mismo sitio les resulta de gran ayuda para saber dónde están.
- Planificar una rutina y mantenerla. Las personas mayores que empiezan a presentar este tipo de problemas necesitan una rutina. En este sentido, debes fijar horarios para que se vayan a la cama y se despierten, para que realicen sus comidas y para que tomen sus medicamentos. Así aceptarán y comprenderán mejor su día a día.
- Potenciar sus relaciones sociales. El aislamiento y la soledad son los mayores enemigos de las personas mayores. De hecho, les dificulta mantener el contacto con la realidad.
- Ejercicio físico a diario. Es lo que se conoce como envejecer activamente. Debe estar acompañado de una dieta saludable.
- Iluminar bien los espacios. Las personas mayores suelen desarrollar problemas de visión. Un entorno oscuro hace que puedan errar en sus interpretaciones del espacio.
Más allá de esto, resulta indispensable poner a la persona mayor en manos de un profesional médico. Solo él será capaz de realizar un diagnóstico a partir de los síntomas que presenta y de recetarle el tratamiento más adecuado para aliviar y mejorar su situación.
Las ventajas de los aparatos de teleasistencia
Los aparatos de teleasistencia son extremadamente útiles para las personas mayores dependientes que hablan solas. Se componen de un terminal fijo y de otro portátil que pueden llevar siempre consigo a modo de pulsera o de colgante. Gracias a ellos, el anciano puede informar de cualquier problema o emergencia de la forma más sencilla y accesible para él.
Sin duda, la teleasistencia es un excelente sistema para controlar el estado de salud de la persona mayor en todo momento. Además, le hace sentir acompañado, por lo que es muy conveniente para combatir la soledad no deseada. Por si fuese poco, te mantendrá informado a ti y al resto de tus familiares en todo momento acerca de su evolución.
En definitiva, hay personas mayores que hablan solas. Esto puede ser totalmente normal o no según las características del soliloquio que desarrollen. Lo que está claro es que siempre conviene consultar con un profesional médico especializado y actuar de la forma adecuada. Sin duda, nuestro servicio de teleasistencia puede serte de gran ayuda para gestionar la situación.