Los cambios sociales de la vejez no solo influyen en las personas mayores, sino también en su entorno. Actualmente, muchos hombres y mujeres que superan los 65 años disfrutan de un buen nivel de bienestar. Sin embargo, debemos ser conscientes de cuáles son las circunstancias que habitualmente se producen en esta etapa.
Ocho cambios sociales de la vejez
La transformación de la rutina cotidiana y los cambios psicológicos en la vejez no se producen de forma repentina, sino gradual. Además, no olvides que cada caso siempre debe analizarse de forma individual:
Más tiempo en casa y en el barrio
Es habitual que el adulto mayor pase más tiempo en su propio domicilio, especialmente, durante el invierno. Del mismo modo, las calles del barrio se convierten en el entorno de referencia. Es allí donde realiza algunos recados, pasea o charla con los vecinos.
Necesidad de crear una nueva rutina
El final de la vida laboral es uno de los grandes retos que afrontan los adultos mayores de 65 años. La ausencia de una ocupación profesional supone hacer reajustes significativos en la planificación del calendario. El tiempo libre aumenta de forma evidente. Este cambio ofrece una oportunidad positiva: la persona tiene la posibilidad de dedicar más espacio a sus aficiones. Sin embargo, el paso de la vida laboral a la nueva situación requiere de un periodo de adaptación. Pues bien, este proceso suele ser más complejo para quienes sienten muy identificados con su antiguo rol profesional.
Cambia la posición de la persona mayor en la familia
Con la llegada de la tercera edad, también puede cambiar el modo en el que el entorno más próximo observa al ser querido. En ocasiones, surge un deseo de sobreprotección en los hijos. A veces, la persona mayor siente que su opinión no se tiene en cuenta como antes. Es decir, recuerda que hay un mayor riesgo de infantilización y de edadismo.
El miedo a la muerte
Existen distintos temores que pueden presentarse de una forma más recurrente en la última etapa de la vida. El miedo a la muerte es uno de ellos y eleva la sensación de fragilidad. La perspectiva del futuro cambia en este periodo. Como bien sabes, los planes personales se centran más en el presente a corto y medio plazo. Por el contrario, crece el nivel de incertidumbre ante aquello que está por llegar.
Observación de una nueva imagen ante el espejo
Recuerda que los cambios en la tercera edad van más allá del entorno o del plano emocional. También son visibles en el propio cuerpo. La persona puede observar su transformación física a través de las fotografías que tiene en casa, y surgen nuevas necesidades físicas en el adulto mayor que en ocasiones son difíciles de asumir.
La ansiedad al despertar y los cambios de humor
La calidad del descanso puede verse afectada en la tercera edad. Especialmente, cuando la persona se siente sola. En ese caso, las preocupaciones se intensifican cuando oscurece. Y, por tanto, las horas parecen pasar más despacio que durante el día. Un descanso insuficiente, unido a otros factores, incrementa el riesgo de ansiedad al despertar. Por otra parte, es frecuente que el afectado experimente cambios de humor durante la jornada.
Hay que adaptar el hogar
Igualmente, es habitual realizar algunas mejoras en el hogar para mejorar la accesibilidad. De este modo, se reducen aquellas barreras que elevan el riesgo de sufrir una caída doméstica. En algunas situaciones puede que sea necesario afrontar una mudanza. Por ejemplo, la falta de ascensor condiciona de forma negativa la rutina de quien vive en un piso alto. La seguridad de los mayores que viven solos es imprescindible. Por ello, es esencial que el propio entorno sea accesible y se adapte a sus necesidades.
Los cambios de decoración no nacen del deseo de actualizar el hogar desde el punto de vista estético. Ten en cuenta que son reformas que se alinean con el cuidado personal, la comodidad y el bienestar. Es decir, son medidas que no pueden posponerse durante mucho tiempo.
Por tanto, existen diferentes cambios que se producen en la tercera edad. A veces, las personas mayores también necesitan ayuda para hacer tareas cotidianas.
Qué es la autonomía personal y qué cambios se producen
Muchos adultos mayores de 65 años tienen un buen grado de autonomía. No obstante, también es posible experimentar algunas limitaciones con el paso del tiempo. En ese caso, aumenta el nivel de dependencia y esa situación produce cambios en toda la familia. Eso quiere decir que el afectado necesita ayuda para realizar algunas tareas. Es recomendable que el entorno potencie la autonomía personal. Pero debe implicarse en la planificación, apoyo y seguimiento de las medidas adoptadas.
En otras palabras, es conveniente que la persona siga realizando aquellas tareas que sí puede llevar a cabo, pero necesita contar con la ayuda adecuada para afrontar otras limitaciones. Si quieres saber más datos sobre qué es la autonomía personal, no olvides que es una capacidad que puede experimentar cambios en este periodo.
Pues bien, existe un cambio social que se posiciona como una tendencia en la tercera edad. Los mayores muestran su preferencia por seguir viviendo en casa. El servicio de teleasistencia se adapta a las necesidades de las personas mayores. Ten en cuenta que reciben llamadas de seguimiento y una atención inmediata en situaciones de emergencia.
Nuestro equipo integrado por profesionales sociosanitarios también mantiene un contacto frecuente con los familiares de los usuarios. ¿Y cómo solicitar la teleasistencia? Puedes hacerlo por medio del formulario que presentamos en Teleasistencia Vital.
Recuerda que los cambios sociales de la vejez requieren de la implicación de todos. La tercera edad es una etapa muy importante de la existencia. Y es esencial crear las condiciones deseadas para que los mayores de 65 años disfruten de una buena calidad de vida.
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