trastornos de conducta en personas mayores

Trastornos de conducta en personas mayores

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Muchos de los trastornos en la conducta de los ancianos afectan no solo a quienes están a su alrededor, sino a ellos mismos. Lo primero es identificar las causas de estas alteraciones psicopatológicas en las personas mayores, que pueden ser motivo o detonante de la depresión, que suele ser común en esta edad, especialmente si comienzan a sentirse más torpes o incapacitados. Si te haces cargo de tu ser querido, debes comprender mejor su comportamiento.

Identifica los trastornos que sufren las personas mayores

Llegar a la tercera edad no es nada fácil. En esta etapa de la vida se experimentan muchos cambios, no solo físicos sino psíquicos. Si se da el caso de que has comenzado a notar un comportamiento nuevo en tu ser querido, especialmente en su humor, debes comenzar por comprender todo lo que puede estar padeciendo y los motivos que le llevan a estar más agitado o irritable.

Sabemos que no siempre es sencillo para el cuidador. Por eso, en ocasiones, es preferible analizar la posibilidad de recurrir a ayuda profesional, que te echen una mano en aquellos aspectos más complicados que no puedes enfrentar. Saber lidiar con la nueva conducta de tu familiar mayor puede resultar de ayuda para ambos y mejorar notablemente la convivencia.

El aumento de las obsesiones en ancianos

Son muy conocidas las acciones que terminan de convertirse en obsesiones en los ancianos. A veces lo describimos como manías o lo achacamos a cosas de la edad, pero puede haber un trasfondo que requiere de la atención especializada de un médico.

En ocasiones, dichas obsesiones tienden a ir acompañadas por cierta irritabilidad, especialmente si las cosas no se hacen a su gusto. Es importante analizar si dichas manías tienen un aspecto racional o no. Como bien sabes, a una edad avanzada son normales algunas patologías, como la demencia senil, que puede iniciar con síntomas similares, además de pequeños olvidos o una cierta apatía, muchas veces mal entendida por los familiares que lo rodean.

Preferencia por el aislamiento social

De alguna forma, el aislamiento social puede ser visto como algo razonable, especialmente en los adultos mayores. Comenzando porque no se tiene la misma energía que cuando se es joven, un anciano puede preferir más un entorno tranquilo, sin mucho ruido. Pero pueden darse otros factores que debes tener en cuenta, siempre que estos cambios sociales de la vejez estén acompañados de otros síntomas, como la apatía, la depresión y un cambio de humor.

En casos en que la persona está perdiendo el oído, como suele suceder durante la tercera edad, puede haber una cierta frustración al no poder ser partícipe de conversaciones en un entorno social. Esto puede producir que el anciano se sienta incómodo cuando se dirigen a él y prefiera, por tanto, la soledad al gentío.

Desde el punto de vista patológico, podemos encontrar enfermedades que produzcan este aislamiento social, como es la demencia senil, que provoca desorientación en el afectado y, por tanto, un grado alto de inquietud ante la presencia de mucha gente. Saber reconocer cambios bruscos en tu ser querido puede facilitarle un diagnóstico preciso, así como un tratamiento adecuado que le ayude a combatir ciertos síntomas.

Descuido en su higiene personal

Notar un mayor descuido en la higiene de tu familiar adulto mayor puede deberse a diferentes motivos. Podemos pensar en algunas enfermedades que le afecten físicamente, como puede ser la fibromialgia, que se exterioriza en un cansancio prolongado, así como el dolor de las articulaciones. Otros padecimientos autoinmunes, como la artritis o la artrosis, suelen ser los causantes de que la persona pierda ciertos hábitos a los que estaba acostumbrada.

Como cuidador, es normal que veas multiplicada tu labor a medida que tu familiar va cumpliendo años y se siente menos capacitado para cuidarse por sí solo.

La apatía o la depresión como síntomas comunes de la tercera edad

Alcanzar la tercera edad no es sencillo. Muchas personas ven cómo van perdiendo capacidades físicas, lo que produce irremediablemente cambios psicológicos en la vejez. El no sentirse imprescindible para su familia es algo muy común. Esto lleva a la depresión y a la apatía o el desgano por realizar cualquier actividad.

En este caso, es importante hacer ver al adulto mayor la importancia que tiene en el seno familiar. También es normal que no se sienta identificado con los más jóvenes de su familia, al no encontrar temas en común o no sentirse lo suficientemente escuchado.

Más erráticos y desorientados

Con el paso del tiempo pueden darse la pérdida de atención, de concentración, etc. Aunque es necesario descartar determinadas patologías, que estén afectando a la salud psíquica de tu familiar, vas a necesitar mucha paciencia y, en muchas ocasiones, la ayuda de personal especializado.

Posiblemente, notes que al adulto mayor se le olvida con más frecuencia tomar su medicación o acudir a sus citas médicas. El caminar de forma errática o desconocer lugares que había visitado asiduamente son señales de alarma que deberás reconocer. Ante estos síntomas, no debes sentirte culpable si sientes que estás desbordado a la hora de cuidarle.

Conductas agresivas

Nuevamente, la irritabilidad e, incluso, el aumento de conductas agresivas, que puede realizar en público, pueden comprometer al resto de la familia. Aunque esto último es lo de menos, es imprescindible tratar este aspecto conductual con mucha paciencia, ya que existen indicios de patología, en caso de que no sea la conducta natural que ha tenido tu familiar a lo largo de su vida.

¿Cómo hacer frente a los cambios conductuales?

Aunque existen numerosas terapias a las que puedes recurrir, así como a estudios diagnósticos que resuelvan problemas médicos subyacentes, no encontrarás mejor ayuda que la asistencia especializada.

No siempre es sencillo para el cuidador atender a su familiar. Por eso, la teleasistencia plantea la mejor solución para aquellos ancianos que se sienten más tranquilos en su hogar. Aunque puedes recurrir a residencias, que ayudan a que el anciano pueda convivir con otras personas de su generación y sentirse así más acompañado y comprendido, este no es siempre el deseo de todos los pacientes.

Una vez que aparecen alteraciones psicopatológicas en las personas mayores, el cuidador puede verse desbordado. La teleasistencia, así como el apoyo de profesionales puede hacer más liviana la atención que das a tus seres queridos de la tercera edad.

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