Es posible que tengas dudas y te preguntes: “¿puede vivir sola una persona con demencia senil?”. Esta cuestión surge especialmente si nos referimos a la tercera edad. Debes tener en cuenta que existen varias etapas de esta enfermedad y que no es lo mismo estar en la inicial que en una ya avanzada. Reconocer los síntomas de cada etapa te puede ayudar a comprender mejor las necesidades del enfermo.
¿En qué consiste la demencia senil?
La demencia senil implica un deterioro progresivo de las funciones cognitivas en las personas mayores. Las causas de esta enfermedad, más allá de estar relacionada con la edad, nos habla de una predisposición genética, lo que conlleva que aparezca durante la vejez en aquellas personas con dicha predisposición.
Si tu familiar es una de esas personas mayores que viven solas, de la cual sospechas que pueda padecer de demencia, seguramente te surjan dudas acerca de si puede o no permanecer solitaria dentro de su hogar y estar seguros.
La mayoría de accidentes en el hogar afectan especialmente a personas que presentan determinadas limitaciones. La demencia es, sin duda, una de esas enfermedades que pueden poner en peligro la integridad de tu familiar si está en un grado avanzado. Es normal temer el momento en que tienes que calmar a las personas con demencia, especialmente si se trata de tu ser querido.
¿Cómo limita esta enfermedad a las personas mayores que viven solas?
Es el momento de que conozcas las limitaciones a las que se tienen que enfrentar las personas mayores que padecen demencia. Uno de los síntomas más conocidos es la pérdida de memoria a corto plazo, que llega a ser un verdadero problema a la hora de estar pendiente de aspectos importantes del hogar, como el hecho de calentar algo en la cocina o usar calefactores.
Un descuido o, en este caso, un olvido, como el de haber dejado un cazo en el fuego, puede implicar una situación de riesgo en una persona diagnosticada con demencia senil. También está el problema de la administración de medicamentos en ancianos, sobre todo si el paciente no recuerda que debe tomarse una determinada medicina u olvida que ya se la tomó, corriendo el peligro de duplicar la dosis diaria recomendada.
Cuando comienza a fallar la memoria
Los primeros síntomas de la demencia senil que puedes reconocer es cuando tu familiar se queja al no encontrar objetos sencillos o creer que otras personas de su entorno los han cambiado de lugar. Al inicio de la enfermedad es complicado darse cuenta de que se padece e, incluso, a ti, como familiar directo, se te pueden pasar por alto estos signos, comparables con despistes que puede padecer cualquier persona.
El problema se hace más evidente en el momento en que el paciente se muestra desorientado en un ambiente habitual o comienza por olvidar palabras de uso frecuente, necesitando ayuda para completar frases sencillas. En este grado de la enfermedad, puedes comprender que tu ser querido necesita un apoyo especial dentro de su propio hogar y que, por tanto, no puede vivir solo sin atención alguna.
Dificultad para enfrentar problemas
Situaciones habituales, como lavarse los dientes, pueden convertirse en una dificultad a medida que va avanzando esta enfermedad, que es degenerativa. También los afectados pueden hallar inconvenientes para atarse los cordones de su calzado e, incluso, para bañarse por sí solos.
Es normal que tus familiares mayores con demencia se sientan confundidos muy a menudo o desconozcan lugares o personas que conocen, hasta el punto de perder la noción de su propia personalidad.
Actitudes paranoides y alucinaciones
Estos son síntomas que se dan en una etapa bastante avanzada de la enfermedad. Aquí, sin duda, el paciente requiere de una atención muy estrecha, para que puedan calmarle en los momentos más complicados.
Un enfermo con demencia puede confundir siluetas o ver situaciones que no se están dando en ese momento. Al mismo tiempo, puede ponerse en peligro si decide defenderse con algún objeto punzante ante peligros inexistentes.
Ansiedad y depresión
Ante los estados que no puede controlar el enfermo, son normales los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión. Debes comprender que el mismo diagnóstico supone para tu familiar un duro golpe, así como para el resto de la familia.
Por lo general, son necesarios varios especialistas en el momento en que se tienen indicios de este problema, que no solo afecta a la cognición de la persona, sino también a su sistema motor y capacidad psicológica. A medida que van apareciendo los síntomas de cada etapa de esta enfermedad, debemos tratar cada una de las alteraciones psicopatológicas en las personas mayores.
¿Cómo debe ser la atención de una persona con demencia senil?
En la etapa inicial de esta enfermedad, se puede enseñar al enfermo a llevar una rutina adecuada, con ejercicios tanto mentales como motores, que le ayuden a mantener sus capacidades por largo tiempo.
Por supuesto que están los medicamentos, que deben ser recetados por los especialistas indicados. Es posible que se recomiende a tu familiar seguir un tratamiento, que le permita mantener una forma de vida tranquila, ya que el estrés puede ocasionar un deterioro significativo durante su evolución.
Aunque al principio es posible dejar vivir sola a una persona con demencia, nunca está de más mantener una atención estrecha. Requerirás de un mayor apoyo a medida que tu familiar vaya empeorando.
Conociendo ya el diagnóstico, en una etapa inicial, la teleasistencia es un servicio que puede ser un gran aliado, puesto que nuestros profesionales pueden detectar esos primeros síntomas. Además, un equipo especializado puede ayudar al afectado cuando se encuentre en situación de peligro.
Aunque la teleasistencia puede ser de gran utilidad en los primeros momentos de la enfermedad, puede no ser suficiente cuando está más avanzada, sobre todo cuando se vuelven las personas mayores difíciles.
En etapas más avanzadas, muchos familiares toman la decisión de internar al adulto mayor, en caso de que ellos mismos no puedan garantizar un cuidado exhaustivo, durante las 24 horas al día.
