Anciano no quiere ir a una residencia

Qué hacer si un anciano no quiere ir a una residencia

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Puedes encontrarte con que el anciano no quiere ir a una residencia, a pesar de mostrar signos de dependencia. Llevarle a un geriátrico puede parecerte una excelente idea porque sientes que no puedes cuidarle durante 24 horas al día. Pero esta idea quizás no sea del agrado de tu familia, lo que te lleva a pensar en otras opciones que también podrían ser viables.

¿Por qué las personas mayores prefieren envejecer en sus domicilios?

Las personas mayores dependientes, a pesar de darse cuenta de sus limitaciones, pueden negarse a cambiar su hogar por un centro geriátrico. Sabemos que muchos ancianos no quieren permanecer en estos centros, que evitan una carga de trabajo a sus familiares, debido a su grado de dependencia.

Por otro lado, las residencias de mayores son un espacio idóneo para que socialicen con personas de su generación, con los que tienen más conexión. Pero este cambio tan drástico, que supone dejar el hogar en el que se ha permanecido durante años, puede ser traumático en muchos casos, siendo este el motivo por el que muchos ancianos lo desestiman.

Debes comprender las razones de tu adulto mayor y escuchar sus preferencias, a pesar de que te sea difícil imaginar una mejor atención fuera de la residencia para la tercera edad. A pesar de que te centres en argumentos que tienen que ver con la soledad del anciano, estos no pueden ser suficientes si, realmente, tus seres queridos se sienten tranquilos en su casa.

¿Cómo afrontar los casos de personas mayores dependientes que no quieren ir a un geriátrico?

Uno de los aspectos que debes analizar es la viabilidad del adulto mayor para vivir solo, a pesar de su grado de dependencia. Una cosa que debes tener presente es que no puedes obligar a tu familiar a irse a vivir a una residencia de ancianos. Desde el punto de vista legal, esta decisión es tomada por un juez, una vez que se demuestra que la persona es dependiente, no solo física sino psíquicamente. Además, se suelen tener en cuenta otros factores para tomar esta decisión.

También puedes intentar convencerlo, pero será complicado salvar esas obsesiones en los ancianos que, más bien, forman parte de sus hábitos, que se han ido fortaleciendo a lo largo de los años y, por tanto, son casi imposibles de deshacer. Así que, antes de intentar cualquier cosa, el diálogo es la mejor alternativa.

Cuando un anciano no quiere vivir con sus hijos

Ante la opción de invitarle a tu hogar, es posible que te encuentres nuevamente con una negativa. Cuando un anciano no quiere vivir con sus hijos, manifestará una serie de motivos para no hacerlo. Podéis mantener la mejor relación, pero surge el problema de su autonomía, que puede ver en peligro al irse a vivir a casa ajena, a pesar de que sea la del hijo.

Tu familiar ha ido creando su espacio, sus hábitos e, incluso, aceptando de manera positiva su soledad, hasta el punto de valorarla y verla como algo indispensable. El hogar se convierte en este caso en un sentimiento de calidez, en donde el anciano encuentra objetos que le recuerdan momentos vividos con su familia durante distintas épocas. Deshacerse de todo eso no resulta sencillo para todos.

Sabemos que el papel del cuidador puede llegar a ser complicado, muchas veces frustrante, sobre todo si te sientes sobrepasado, algo que suele ser normal. Pero, ante esta situación, y en caso de la negativa de acudir a una residencia, siempre puedes encontrar otras alternativas que te produzcan tranquilidad a la hora de ver a tu ser querido cuidado de la mejor manera.

Opciones a la que podemos recurrir para cuidar de nuestros adultos mayores

Es el momento de ver qué otras opciones tienes para que tu familiar esté en buenas manos, pero sin tener que salir de su casa. Por fortuna, existen esas alternativas, a las que puedes recurrir, siempre que la dependencia del anciano no supere el nivel moderado.

Sentir cierto temor a la hora de encontrar un cuidador adecuado para tu ser querido es algo normal. Por eso, puedes acudir a una empresa profesional que te asigne a alguien capacitado, que tenga en cuenta las necesidades, así como las relacionadas con la alimentación, la higiene del entorno y la del propio individuo, así como la compañía necesaria.

Los centros de día

Los centros de día, son una buena opción para los mayores, favorecen su atención y les animan a socializar. También cuentan con actividades psicomotoras, tan importantes para su buena salud.

Estos centros pueden conseguir la aceptación del anciano, ya que le permite estar en su hogar y ser cuidado por el personal del centro. Esta es una alternativa muy bien acogida por los pacientes y sus familiares, que debes tener presente.

La teleasistencia

La teleasistencia es idónea en los casos en que el anciano se niega a acudir a una residencia geriátrica o a la casa de un familiar. La persona puede permanecer sola en su domicilio si no es dependiente y necesita una ayuda extra. El servicio de teleasistencia estará en contacto con el anciano y sus familiares informandoles sobre salud del paciente.

La teleasistencia es una opción muy segura en todos los sentidos. Un equipo de expertos está pendiente de las necesidades del adulto mayor y actúa en casos de emergencia.

Cuando un anciano no quiere ir a una residencia, obligarle no es la solución y no podrás convencerle. Te puede dar tranquilidad contar con un cuidador a domicilio o expertos de teleasistencia, que están muy valorados por las familias.

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